En los tiempos que vivimos, el uso diario de mascarilla protectora se ha convertido en una nueva realidad.
Pero es en las pieles grasas donde el uso continuado de una mascarilla protectora puede dar lugar a la aparición o empeoramiento del acné, al que llamamos Maskne .
El roce que provoca el tamaño de la mascarilla, así como la humedad que genera nuestra respiración, junto con la transpiración, pueden dar lugar a la aparición de lesiones inflamatorias en la zona del mentón, nariz y pómulos.
Para evitar Maskne, es importante adaptar nuestra rutina de piel, de forma que ayude a controlar la producción de grasa, así como a tratar y prevenir la aparición de granitos e imperfecciones, provocadas por la humedad y el roce de la mascarilla protectora.
1. Limpiar
La limpieza del rostro es fundamental, para eliminar la grasa, las impurezas y la transpiración que se produce durante el día y la noche. Es importante optar por un producto de limpieza que ayude a limpiar la piel en profundidad, sin agredir y dejando sensación de tirantez en el rostro.
2. Controla las imperfecciones
Es importante utilizar cuidados en la rutina de la mañana que ayuden a reducir el estado inflamatorio (como la niacinamida) y cuidados más concentrados en la rutina de la noche que tratan y previenen la aparición de imperfecciones (como el ácido salicílico y el ácido glicólico).
3. Hidratar
La hidratación es clave para mantener la piel protegida y ayudar a controlar la producción de grasa. Para ello es importante elegir cremas hidratantes con texturas ligeras y de rápida absorción.
4. Purifica y calma
Realizar mascarillas faciales una vez a la semana ayudará a calmar el estado inflamatorio de la piel, así como a regular la producción de aceite, lo que conduce a la obstrucción de los poros.
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